Desde muy joven, con tan solo once años de edad, Andrés Bermúdez Bueno comenzó a trabajar como técnico electromecánico ayudando a su padre en instalaciones industriales. Una de las empresas a las que prestaban servicio era "Cafés Trueba y Pardo", situada desde 1929 en las inmediaciones de la Puerta de la Carne, en Sevilla. Allí fue contratado y trabajó durante 37 años, lo que le brindó la oportunidad de conocer muy de cerca las excelencias de la cultura del café y las particularidades de su negocio.
En 1989, debido al fuerte crecimiento que experimentó el valor de los terrenos donde se asentaba la empresa, los propietarios optaron por su venta, procediendo al cese de la actividad productiva y al desmantelamiento de las instalaciones. Al igual que el resto de trabajadores, Andrés Bermúdez fue despedido e indemnizado, aunque recibió el encargo de la venta de la maquinaria de producción.
Gracias a esta indemnización, a la comisión por la venta de la maquinaria y a un crédito de 5 millones de pesetas facilitado por "El Monte de Piedad", Andrés pudo comprar parte de dicha maquinaria e instalar su propia empresa en el polígono industrial Hacienda Dolores, en Alcalá de Guadaíra. Fueron necesarios dos años de arduo trabajo de restauración y montaje y la ayuda de un hermano y sus dos hijos, Andrés y Álvaro, para poner en marcha, a finales de 1991, la fábrica y la comercialización de la marca AB Café.